Los participantes en el taller de atención, gestión emocional y relajación llevábamos tiempo queriendo hacer una salida de convivencia que nos permitiera estar juntos fuera de la sala donde realizamos las sesiones y compartir experiencias.
Quedamos con mucho ánimo y alegres por la salida. El viaje fue de charla sobre lo que más nos apetecía de la programación del día.
Llegamos a Zamora a una buena hora para ir paseando por la calle Santa Clara hasta la plaza de Viriato, donde habíamos quedado con la guía. Durante la visita trabajamos la atención fijándonos en la información, los lugares y monumentos para llenarnos de riqueza con todos los sentidos. Visitamos varias iglesias y calles destacadas de la ciudad, terminando en la catedral, que nos asombró con la grandiosidad de los tapices y su belleza.
Terminada la visita, nos fuimos a comer. Comentamos lo importante de saber qué eliges, pues eso es lo que tu cuerpo va a digerir y será lo que alimente tu sangre y las células. Aprovechamos para realizar algún ejercicio de atención plena durante la comida, masticando, observando colores, olores, texturas de la comida. Compartimos durante la comida las impresiones de lo vivido hasta el momento, que acciones nos han hecho sentir mejor.
Al terminar nos fuimos a Valorio, un parque precioso a las afueras de la ciudad. Allí realizamos varios ejercicios: primero observamos las sensaciones del cuerpo al caminar; segundo descubrimos lo que escuchábamos, veíamos, y olíamos; tercero las emociones que nos venían al caminar en silencio compartiendo cada ejercicio al finalizar y cuarto hicimos todas las partes juntas, desplegando todos los sentidos a la vez.
Fue una gran experiencia en la Naturaleza, sin prisas y en un ambiente propicio para todo. Y tras una pequeña evaluación, volvimos a Salamanca agradecidos de haber tenido esta oportunidad.
También agradecemos a Juana su sabiduría y su compañia.